Cuenta la mitología que Pigmalión era un príncipe de Chipre que, en busca de la mujer perfecta con quien casarse, comenzó a esculpirla en un trozo de piedra. Día a día fue dándole forma a esa roca de manera tal de ir moldeándola según la imagen que el príncipe tenía de lo que una mujer perfecta debía ser.
Logró finalmente una figura cuya belleza superaba aún a su propia imaginación. Dio a ésta el nombre de Galatea: era una escultura bellísima de la cual fue enamorándose. Al ver esto la diosa Venus dio vida a la estatua haciendo ciertos los deseos de Pigmalión.
Esta figura mitológica ha dado lugar a un concepto fundamental en psicología que fue observado por Robert Merton (4) y que hace referencia a la idea de lo que un juicio puede lograr en la realización de un acontecimiento, dando lugar en muchos casos a la llamada profecía autocumplida. Es decir, se llama efecto Pigmalion al hecho de que los juicios que tenemos sobre las personas, cosas, situaciones e incluso sobre nosotros mismos tiendan a convertirse en realidad (en afirmaciones).
Para ejemplificar se pueden traer algunos de los experimentos que Robert Rosenthal y Lenore Jacobson realizaron en 1968 bajo el titulo” Pigmalion en el aula”(5) quienes se destacan por sus interesantes investigaciones sobre el tema.
En uno de sus experimentos Rosenthal y Jacobson tomaron al azar una serie de alumnos de una escuela y dieron sus nombres a los profesores, informándoles falsamente que en los test habían salido superdotados, cuando la realidad era que habían salido simplemente más o menos normales. Lo sorprendente fue que al cabo de ocho meses, dichos alumnos obtuvieron un rendimiento escolar realmente de superdotados. ¿Qué es lo que había pasado? Pues que la expectativa de los profesores y cómo se habían relacionado con dichos alumnos, había facilitado, o sea, "estimulado", el aumento de rendimiento en ellos.
Las profecías que se autocumplen son un fenómeno que no sólo se da en el mundo de "lo vivo". También se da incluso en las ciencias físicas.
En física cuántica hay una controversia planteada sobre si electrón se comporta como una onda o como una partícula. La paradoja es que parece que se comporta como las dos cosas. Todo depende de las ideas previas del experimentador que hace el experimento. Si el experimentador piensa que el electrón se comporta como una onda, lo que consigue es demostrar que éste se comporta como una onda, y a la inversa. Es decir, que el experimentador al hacer el experimento "altera" el comportamiento del electrón según lo que "espera" obtener. El físico John Wheeler ha expresado:
"Creo que, a través de nuestro propio elegir y plantear conscientemente cuestiones relativas al universo, provocamos en cierta medida los mismos fenómenos que tienen lugar ante nosotros".
Peter Senge en La 5º disciplina trae este tema cuando habla de los procesos reforzadores, y al respecto afirma “algunos procesos reforzadores son círculos viciosos donde las cosas empiezan mal y terminan peor. La crisis de la gasolina es un ejemplo típico: el rumor de que la gasolina iba a escasear indujo a la gente a ir a la gasolinera local para llenar el tanque. Cuando la gente empezó a ver hileras de coches, se convenció de que la crisis era real. Luego sobrevinieron el pánico y el acaparamiento. Todos llenaban el tanque apenas vaciaban la cuarta parte, para no ser sorprendidos por surtidores vacíos. Una corrida bancaria es otro ejemplo, así como las guerras de precios. “
Estos círculos viciosos son los que explican en parte el proceso de Pigmalion negativo, en palabras de Merton:” subyacente a estos procesos hay un principio de retroalimentación; un sistema adaptado insegura o erróneamente se conduce el mismo a un equilibrio con su entorno sin corregirse el mismo sobre la base de sus efectos, sino encontrando sus efectos reforzados y con esto ofreciendo oportunidades para nuevas causas.”
Pero también hay círculos virtuosos, ciclos que se refuerzan en direcciones deseadas. El caso de Rosenthal con los alumnos de escuela es un circulo virtuoso, o Pigmalion positivo. Considero que la utilización de este fenómeno como herramienta para lograr “cosas” de las demás personas es una manifestación de prácticas manipulatorias.
La razón por la cual comienzo este trabajo hablando del concepto de modelos mentales y de cómo estos contribuyen a crear nuestra propia realidad es porque las profecías autocumplidas son una particular forma de creación de realidad a cargo de nosotros mismos.