domingo, noviembre 07, 2010

GRUPO 196 - ESTUPEFACIENTES EL PARQUE DE DIVERSIONES DE LA MAFIA

(hacer un análisis de este artículo de la revista Semana para enviar antes del 13 de noviember 1:00 p.m)


"Estupefacientes es el parque de diversiones de la mafia"

ENTREVISTA El nuevo director nacional de Estupefacientes le cuenta a SEMANA el nido de corrupción que encontró en esta entidad.
Sábado 6 Noviembre 2010


Juan Carlos Restrepo, nuevo director nacional de Estupefacientes, llegó pisando fuerte a su cargo. Con Policía, Fiscalía, Contraloría y Procuraduría 'allanó' la semana pasada su propia entidad y dice que ahora sí se le va a poner coto al pago de favores políticos con los bienes de la mafia y la entrega de estos a testaferros de los narcos.
SEMANA: ¿Se puede decir que usted llegó hace 15 días a la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) y quedó estupefacto?

Juan Carlos Restrepo: Sí, me impresionó mucho el nivel de vulnerabilidad que tenía la entidad frente a la corrupción. Me preocupó mucho encontrar que no había controles y que cualquier persona podía hacer lo que quisiera con algo que es patrimonio del Estado.

SEMANA: ¿Se puede decir que la situación se había salido de control?

J.C.R.: Sí, el Estado había ignorado una situación en la que era muy fácil que hubiera casos de corrupción de una manera altamente conveniente para algunas personas con muchos intereses en los bienes incautados.

SEMANA: ¿Cómo es que la base de datos de la DNE es vulnerable cuando fue donada por el gobierno de Estados Unidos y costó cinco millones de dólares?

J.C.R.: El sistema originalmente pudo haber sido bueno, pero se le dio mal uso. Los controles nunca se aplicaron. Ahí está el pecado, y todo el mundo se hizo el loco con el tema.

SEMANA: También hubo un contrato de 4.000 millones de pesos para depurar los archivos, que fue cuestionado. ¿Qué pasó con esa inversión?

J.C.R.: Fue un contrato con el consorcio Suma que tenía un propósito que se incumplió. Este consistía en consolidar el inventario y ordenarlo. Pero lo que hicieron fue desordenar el poco inventario que había. Entiendo que hicieron una migración a unos servidores que no eran compatibles. Esto contribuyó al caos y hubo una situación crítica con relación al manejo que se le dio a la información interna.

SEMANA: ¿Vulnerabilidad significa que cualquiera podía hacer lo que quisiera?

J.C.R.: Hay un informe que demuestra que existían no menos de 10 errores crasos en materia de seguridad informática. Entre otros, que los computadores eran alquilados; muchas personas podían acceder al sistema y modificarlo sin mayor control; había sistemas de inventarios paralelos; no había controles de acceso de las personas a la entidad; no había control de los puertos externos de los computadores, por lo que se podía copiar y sacar la información; la red de Internet era abierta; había personas que ni siquiera eran empleados de la DNE que entraban a la red. Ya identificamos casos de funcionarios retirados y ex contratistas que mantuvieron sus claves de acceso al sistema. Encontramos un total desgreño en cuanto al manejo de información muy delicada. Cualquier persona pudo trasladar una propiedad, alterar el valor de los bienes, cambiar el destinatario o el estado del bien poniéndolo como devuelto, y en ese caso, el bien deja de estar bajo control. Esto no era solo un caso de espionaje electrónico, son actos de peculado y corrupción.

SEMANA: ¿Pero qué casos concretos han encontrado?

J.C.R.: Lo primero es la falta de integridad en los procesos de control. Luego, entramos a dimensionar el daño, y después, se encontrarán los casos específicos. Se conocen casos que fueron manipulados por el sistema, que están en proceso de investigación y que no puedo mencionar. No es algo meramente hipotético.

SEMANA: Este panorama en la DNE no es nuevo…

J.C.R.: Cierto. Lo nuevo es la voluntad y determinación del gobierno de ponerle fin a esta situación articulando con las entidades del Estado para confrontar este problema. Antes había habido algunas iniciativas, la Contraloría y la Procuraduría habían tenido unos reparos, había unos casos pequeños ante la Fiscalía. Pero en este caso están todas esas fuerzas alineadas, tanto para el golpe que se ha dado como para los correctivos que van a venir de aquí en adelante. Porque se trata no solo de destapar la olla, sino de determinar cómo vamos a corregir esto a partir de ahora.

SEMANA: Si va a seguir funcionando la DNE, ¿no fue exagerado usar la palabra 'intervención' cuando en realidad fue un allanamiento?

J.C.R.: No hay una liquidación. Sencillamente se les solicitó a las entidades del Estado que vinieran a cumplir con sus competencias respectivas dentro de la entidad, donde había unas fallas crasas y donde podía haberse dado la comisión de unos delitos. Estamos entrando a revisar qué tenemos que hacer, pero seguimos navegando, no podemos detenernos.

SEMANA: Con solo 15 días en el cargo, usted toma unas acciones tan drásticas como estas. ¿Significa que la anterior administración fue negligente?

J.C.R.: Cada quien mata pulgas a su manera. Las administraciones anteriores han dicho que ellos habían empezado a hacer este tipo de correctivos. No me corresponde a mí juzgarlos, pero en el estado en que yo encontré las cosas había acciones inmediatas que tomar, que eran completamente necesarias.

SEMANA: ¿Ante qué es más vulnerable la DNE: ante la mafia o ante la política?

J.C.R.: Es la tormenta perfecta. Estupefacientes es el parque de diversiones de la mafia y la corrupción. Son todos esos actores y sus vicios, así como del desorden administrativo. De ahí han salido monstruos, pero el mensaje que la sociedad debe recibir con la demostración de voluntad del gobierno de dar una guerra sin cuartel contra la corrupción, empezando por los puntos más emblemáticos de la misma, es que aquí no hay intocables.

SEMANA: Por ahora pareciera que ha salido al revés el mensaje de que se castiga la delincuencia debilitando sus estructuras financieras mientras el Estado se fortalece con esos bienes...

J.C.R.: Le estamos cerrando el paso a la corrupción que había con respecto a unos bienes que la gente se sentía en el derecho de apropiarse por el hecho de que eran bienes provenientes de actividades delictivas, que asumían como un botín de guerra. Es la actitud que muchos tienen, por ejemplo, con las guacas de las Farc. Pero esto no es un botín de guerra, es parte del patrimonio del Estado, y estamos en la obligación de preservarlo.

SEMANA: ¿Qué garantía hay de que esto no se quede simplemente en un manotazo sobre la mesa?

J.C.R.: Vamos a trabajar con transparencia, cero politiquería, en estricto cumplimiento de la ley y acompañados de todos los organismos de control, para convertir esto en una pecera.

SEMANA: Esas son exactamente las mismas declaraciones que tuvieron los últimos cuatro directores y los encargados en solo ocho años de existencia. ¿Cuál es la diferencia ahora?

J.C.R.: Deme el beneficio de la duda de tratar de hacer algo por enderezar esta entidad con el respaldo del presidente Santos y del Ministro del Interior. Hay una diferencia y es que yo no le debo nada a nadie. Vengo del sector privado, no busco una carrera política, no busco mantener un empleo en el Estado, vengo acá en cumplimiento de un deber moral, con muchos sacrificios desde el punto de vista personal, con el único propósito de atender un llamado que es moralmente indeclinable.

Acerca de mí

Posgrados en Gerencia Institucional, Docencia Universitaria, Alta Gerencia. Asesor y consultor en capaciatcion empresarial