domingo, marzo 02, 2008

GRUPO 133 - RETORICA DE ODIO A CORPORACIONES

(para analizaar por escrito para la clase del 04 de marzo, tomado del periodico PORTAFOLIO marzo 02)

Retórica de odio a corporaciones, tan atiplada e hipócrita, concluirá el día de elecciones en E.U.



Pregunta Charlie Porten, Weston, Connecticut
¿Todos los candidatos presidenciales denuncian la codicia de las corporaciones, aunque se alimentan de ella. ¿No deberían los miembros de la comunidad empresarial hacer una mejor tarea de relaciones públicas explicando los conceptos básicos del capitalismo?

Responden Jack y Suzy Welch*

No, a menos posean un extraño y quemante deseo de ser culpados, desdeñados, menospreciados y vilipendiados durante los próximos meses, o, más específicamente, hasta el 4 de noviembre de este año, cuando se realicen los comicios presidenciales.

Apostamos a que esta retórica de odio a las corporaciones, tan atiplada, y sí, tan hipócrita, concluirá el día de las elecciones, cuando los ganadores, sin importar a qué partido político pertenecen, deberán retornar a una realidad que la mayoría de ellos conoce a la perfección.

Las empresas no son enemigas del pueblo. Son el pueblo. Y las empresas no destruyen las esperanzas. Las crean.
Pero esta no es la temporada de decir esas cosas. Es, en cambio, la época de fomentar el celo "esto es, de los feroces simpatizantes" y denunciar al hombre de la bolsa. Y no hay hombre de la bolsa más conveniente, temporada electoral tras temporada electoral, año tras año, que la Corporación.

¡La palabra en sí es tan impersonal! Conjura imágenes de fortalezas de concreto y rascacielos brillantes. Eso permite a los políticos formular sin reparos declaraciones como las que oí la otra noche: "Durante los últimos siete años hemos tenido un presidente que solo defendió a las corporaciones. Ha llegado el momento de tener un presidente que lo defienda a usted".

¿Usted? ¿Quién es usted? ¿Quiénes son esos 'ustedes' que de alguna manera no forman parte de una empresa? Por cierto, parte de la población está formada por estudiantes, empleados del gobierno y trabajadores del sector sin fines de lucro.

Pero hay que ser realistas. La mayoría de los estadounidenses se ganan la vida en empresas. Y no todas esas empresas son lideradas por ejecutivos de Wall Street, sin rostro, sin sangre, que reciben enormes bonificaciones.

Hay obreros de las grandes empresas petroleras, trabajando en algunas de las condiciones más difíciles del planeta, desde las arenas con sedimentos petroleros en Canadá hasta los mares profundos frente a la costa de Noruega. Y también están los inmunólogos y los oncólogos de las grandes empresas farmacéuticas trabajando en sus laboratorios para encontrar una cura al sida y al cáncer.

Ellos son inmigrantes, de Ecuador o de Vietnam, administrando el restaurante de la esquina o lanzando una empresa de alta tecnología en su garage. Lo que queremos decir es que las corporaciones no son un grupo de edificios. Como todas las empresas, están hechas de carne y sangre. Se trata de seres humanos.

Y la mayor parte del tiempo, se trata de seres humanos que intentan hacer un mundo mejor para sus familias y empleados.
Ahora bien, no estamos negando la codicia corporativa. Ni siquiera estamos señalando que el capitalismo es perfecto. El sistema tiene sus fallas, pero no hay otra estructura económica mejor a la hora de crear empleos reales.

Está bien, nos bajaremos de la tarima del orador callejero. Usted no ha pedido que hagamos una defensa del capitalismo. Usted ha preguntado si las empresas no deberían defender su posición.
Y esta es nuestra respuesta: en esta tonta temporada, es una tarea ingrata.

Cuando retorne la normalidad el 5 de noviembre, o después, los políticos que desean concretar algo y que realmente quieren construir una sociedad mejor tendrán que reconocer que las empresas no son "ellos". Las empresas son todos.

Pregunta Irina Bandrabur, Bucarest, Rumania
Si usted es un nuevo gerente con un equipo falto de experiencia ¿qué problemas deben preocuparlo?

Hay dos. Pero en primer lugar, dediquemos un momento para pensar en todas las cosas que deberá concretar.

Los equipos jóvenes, especialmente si los lideran nuevos gerentes, deben ser los grupos más enérgicos y con mayor entusiasmo. Esos equipos están generalmente exentos de una mentalidad de "estuve aquí, hice esto" que afecta a muchos equipos con experiencia. Raramente consideran que un desafío es imposible de resolver. Y con frecuencia aceptan gustosos el cambio. ¡Si fuese posible embotellar esas cualidades!

Pero equipos inexpertos tienen sus problemas. El primero es que ignoran el nivel de riesgo que la organización puede absorber.

Es por eso que usted, inclusive en el cargo de nuevo gerente, debe asegurarse que sus subordinados entiendan el equilibrio entre algo que es audaz a nivel estratégico, y que es con frecuencia bueno, y respetar los límites del riesgo aceptable, que es siempre muy necesario.

El segundo problema tiene que ver con usted como líder del equipo. Con demasiada frecuencia, gerentes inexpertos suelen contratar amigos, o al menos personas que las hacen sentir seguros. Combata esa tendencia. Busque personas que sean mejores, más inteligentes y más talentosas que usted. Esas personas impulsan a la organización a nuevas alturas en materia de desempeño. Y le garantizamos que su carrera seguirá esa tendencia.

Jack y Suzy Welch son autores del libro 'Winning'. Pueden enviarles preguntas por correo electrónico winning@nytimes.com.

Acerca de mí

Posgrados en Gerencia Institucional, Docencia Universitaria, Alta Gerencia. Asesor y consultor en capaciatcion empresarial