domingo, septiembre 23, 2007

grupo 116 - QUITESE EL ESTRES DE ENCIMA

¡QUITESE EL ESTRES DE ENCIMA!

Tener un método para organizarse y gerenciar su liderazgo puede ayudarle a ser eficiente y productivo sin sacrificar la tranquilidad.

Decir que el trabajo lo tiene estresado se ha vuelto casi un signo de distinción o un sinónimo de "que ocupado estoy", "qué importante soy, tengo mucho por hacer", "mi jefe confía tanto en mí, que me delega todo", etc. Y si a la lista de temas laborales se le suman los personales y familiares -"no he ido a visitar a mi abuela enferma", "tengo que ir al odontólogo", "falta hacer la vuelta de la notaría", etc..., pues así cualquiera se estresa y, sin duda además, no está durmiendo bien por estar pensando en lo que tiene pendiente, tampoco está comiendo con calma porque eso le quita tiempo para todo lo que tiene que hacer, y seguramente ha discutido con compañeros de trabajo, con su pareja y hasta con familiares, porque anda bastante irritable. Así que puede sentirse orgulloso: el mal moderno, el de las grandes ciudades, el de las personas que se supone que están progresando, ese mal llamado estrés, lo tiene capturado.


Pero, desde la perspectiva de otros, ese estrés podría también traducirse en que "es un desorganizado y no avanza o termina las tareas", "no sabe delegar y se le acumula el trabajo", "le falta liderazgo para dirigir su vida", etc., etc.


A la hora de la verdad, tener tantas cosas en la cabeza, no poderse relacionar con calma con los demás, no poder vivir con tranquilidad y fluidez, así sienta que está siendo exitoso en su vida, puede terminar ocasionando que se convierta en una persona poco eficaz, ineficiente e improductivo, así esté haciendo mil cosas. Por eso la propuesta es: ¡libérese del estrés!


Y David Allen, J.P. Pawliw-Fry, y Robin Sharma, tres conferencistas que participaron en el foro Las cuatro claves del alto desempeño, de la Casa Editorial El Tiempo, sugieren cómo, cada uno desde sus especialidades. Una combinación de estas estrategias podría dar como resultado llevar una vida más tranquila, más eficiente y más productiva, aún ahora que las organizaciones exigen tanto, la competencia es fuerte, y se busca la conciliación con la vida personal y familiar.

La cabeza está bien para pensar, no para archivar

"Mientras más permanezca con una idea en su mente, menos probable es que se realice", dice David Allen. La cabeza no es el mejor archivador y, si se tiene muchas cosas pendientes en ella, no se puede concentrar en lo realmente importante. Es como ese rincón del escritorio donde se van acumulando cosas pendientes, un montón de papel va creciendo, estorbando y distrayendo.


Lo mismo pasa con la mente. "Cuando no le das la atención a lo que te quita atención, no puedes darle atención a lo que realmente necesita atención", dice Allen, quien lleva más de 25 años investigando y creando métodos de alto desempeño.


1. Capturar. Así que lo primero que hay que hacer es 'capturar', identificar, esas ideas que distraen para sacarlas de le mente.


¿Cómo? El especialista aconseja algo muy sencillo: escribirlas. Hay que anotarlas en la agenda, abrirles una carpeta en el computador, enunciarlas en un papel o servilleta para luego mirarlas con calma.


Mejor dicho, para que sigue pensando en las llamadas que tiene que hacer si no tiene un teléfono cerca. Anótelas. Si no puede comunicarse en ese momento con el financiero para pedirle unas cifras, anótelo y deje de pensar en ello.


Así da el segundo paso.


2. Clarificar. Luego hay que revisar qué hacer con cada una. De qué se trata el asunto pendiente y si se puede hacer algo. Si la respuesta es no, hay que botarlo o archivarlo (si es un dato que puede servir más adelante). Si hay que tomar acciones, hay que determinar si uno mismo lo tiene que hacer, si hay que delegarlo (ponerle doliente, comunicarlo y hacerle seguimiento) o si se puede diferir (poner fechas).


Si hay que asumir más acciones, se pasa al siguiente paso.


3. Organizar. Es el momento de diseñar planes y estrategias. Qué tareas hay que hacer (para concluir o avanzar en el tema), en qué momentos, quiénes pueden ayudar y qué cosas se necesitan. En este punto se puede contar con una lluvia de ideas de los colaboradores o de la familia si es un asunto personal (cambiar de casa, por ejemplo). Tanto las agendas electrónicas como los computadores tienen herramientas que ayudan a hacer estas organizaciones, a marcar tareas y alarmas que recuerden su ejecución.


4. Revisar. Diariamente o semanalmente, hay que revisar la agenda y la lista de acciones para cada tema pendiente, ya sea familiar o laboral. Si algo no se hizo, reprogramarlo.


5. Hacer. Hay que ponerse metas alcanzables, tanto en el día a día, como en el mediano y largo plazo. También hay que revisar las posibilidades de tiempo y disposición para ejecutarlas. Y ser flexibles si toca.


Cuando no se organiza ni se hacen las cosas, viene la presión del estrés, las distracciones y se llega a la crisis.

¿QUIÉN ES?
RASTRO. Este abogado se ha hecho reconocido en el mundo entero por sus conferencia sobre superación, liderazgo personal y gestión de vida. Ha escrito siete best seller, entre ellos el más popular, 'El monje que vendió su Ferrari' y 'Descubre tu destino' que acaba de publicar.

¿QUIÉN ES?
RASTRO. David Allen es consultor y formador de ejecutivos de alto desempeño. Es considerado un experto en productividad personal y organizacional. Es el autor del libro 'Organízate con eficacia, productividad sin estrés'.

Cómo volverse estrella

No hay que ser gerente de una gran empresa o presidente de un país o estrella de rock para ser un líder. "No se necesita tener un título para poder comportarse como tal", dice Robin Sharma.


Basta con recordar qué es un líder para darse cuenta que no se estudia para ello, pero sí se trabaja para conseguirlo.


Un líder es aquel que asume la responsabilidad de sus actos y sus resultados; quien no le echa la culpa a otros de lo que pasa y le pasa; quien innova sin importar sus responsabilidades, va más allá; quien por lo que hace inspira a otros, y es muy bueno en lo que hace, sin importar de lo que se trate.


"El buen líder es muy bueno en sus labores, pero sobre todo es un muy buen ser humano", dice este experto. Y eso implica no creer que está solo en el mundo, y que compartir con los demás mejora sus capacidades.


Cuando Sharma habla de asumir la responsabilidad hay que comenzar por la propia vida: ¿Qué quiero y cómo lo voy a lograr? "Y hay que ser exigentes con las metas, pero sobre todo, producir un excelente trabajo cuando uno promedio serviría", dice.


Pero no basta con pensarlo hay que hacerlo, y ya no esperar a que... y al tomar decisiones y acciones se reduce la brecha entre lo que se quiere y lo que se es. "Para liderar la propia vida hay que asegurarse de que se vive como se quiere".


Y para lograrlo, muchas veces hay que tomar riesgos, tanto en el trabajo como en la vida personal, y eso implica enfrentar los miedos. "Los que enfrentas, empiezan a dejarte. Los que no, te persiguen", dice.


Realizar lo que se quiere reduce los niveles de frustración y la satisfacción de alcanzarlos trae felicidad y todo esto contribuye a reducir el estrés. "Pero nada de esto sirve si no tiene un balance en la vida".

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Acerca de mí

Posgrados en Gerencia Institucional, Docencia Universitaria, Alta Gerencia. Asesor y consultor en capaciatcion empresarial