Usted Es La Mejor Empresa, ¡Gerénciela!
¿Cuántos niños que dijeron con seguridad que querían ser médicos, presidentes, corredores de carros, modelos o astronautas, los son en realidad hoy en día? Y, ¿cuántos de quienes lo sigan diciendo, llegarán a esa meta en el mañana?
Parece que la estadística es muy, pero muy baja, casi que ni registra. Es cierto, los años pasan y la gente ‘madura’, es decir, aterriza, y los sueños infantiles proyectados casi con heroísmo, suelen dar paso a la realidad: es mejor ser... y terminan estudiando administración de empresas, derecho, arquitectura, ingeniería...
Sin embargo, esa mínima cifra que las estadísticas no reportan, tiene personas que se propusieron desde muy temprano en la vida ser tal cosa, trabajar en tal parte, ocupar tal cargo. Y con esa claridad, se dedicaron a trabajar para lograrlo. Ellos gerenciaron su propia carrera (ver nota anexa).
Pero sí, son la excepción. “La mayoría de la gente empieza a preocuparse por gerenciar su carrera en momentos de crisis: un despido, cuando está aburrido en el trabajo, si no le dieron el ascenso, cuando el compañero de trabajo logró lo que él quería, etc. En ese momento se cuestiona y hace un repaso de lo que ha hecho y lo que había soñado”, dice Inés Pardo, de la empresa Altos Ejecutivos y coach certificada.
La mejor empresa definitivamente es uno mismo y convertirse en su propio gerente puede resultar muy rentable. Dentro de unos límites razonables, la vida -y la carrera- puede ser planeada, dirigida y controlada.
ELEGIDO PARA EL CARGO Para autonombrarse en el cargo necesita ante todo tener un proyecto de vida: qué quiere ser y hacer, cómo quiere vivir, a dónde quiere llegar, etc.
Montar esta empresa, que es un proyecto a largo plazo con metas al corto y mediano, debe comenzar desde el colegio para que a la hora de escoger una carrera esté acorde con esos planes. Pero casi nunca nos hacemos esas preguntas, así que mejor comenzar por aferrarse a los sueños, suena más romántico y son un buen impulsador.
Como suele suceder que en la mitad de la carrera una persona se dé cuenta de que no era lo que le gustaba o que termine ejerciendo otra cosa, la coach Pardo, de acuerdo con su experiencia profesional, afirma que generalmente este proceso de gerenciar la propia carrera comienza a darse después de tener entre cinco a diez años de experiencia laboral.
Sin embargo, si se tiene la disciplina y claridad en los sueños, podría empezar desde antes. “Yo como mamá ayudé a mi hijo a hacer su proyecto de vida y tenemos el plan de carrera”, dice Ximena Fajardo, de American College y coach certificada. “A veces estudiamos una carrera por influencia del novio del momento o porque es la tradición familiar, pero no porque es parte de mi proyecto de vida”, agrega.
Y para eso hay que revisar con qué ‘activos’ se cuenta: las habilidades y talentos, así como las debilidades.
“Para fortalecer las habilidades o superar las deficiencias a veces no es tan necesario el entrenamiento y la capacitación como el desarrollar o practicar esas habilidades”, dice Pardo.
De ahí que vale la pena contar con un apoyo: un amigo, un mentor, un profesor o un profesional, que retroalimente el proceso para avanzar.
Disciplina, constancia, dedicación y mucho trabajo Gerenciar una carrera significa estar tomando decisiones que le permitan lograr esas metas o motivadores que considera valiosos. Por eso es importante hacerse preguntas como:¿quiero ascender en jerarquía, poder y status? ¿Quiero tener larga vida en una empresa, respeto, conocimiento y ventajas laborales? ¿Quiero un cargo en el que tenga autonomía y un espacio propio? ¿Quiero tener un balance entre vida personal y profesional? Clarificar estos puntos lleva a saber en qué tipo de cargos y empresas se quiere trabajar. Así, los esfuerzos se concentrarán en un reducido pero selecto grupo de posibilidades acordes con los objetivos planteados.
Ahí hay que revisar el balance entre los talentos, las habilidades y las deficiencias que se tienen para ver si ayudan a alcanzar esos logros propuestos. “Se puede preguntar a los colegas y amigos cómo lo ven. También hay herramientas que ayudan a determinar ese balance y que los departamentos de recursos humanos de las empresas pueden aplicarle o se puede recurrir a una empresa consultora en esos temas”, aconseja Inés Pardo.
Para dar pasos acertados, las especialistas recomiendan hacer un plan de desarrollo o estratégico que establezca claramente los objetivos a alcanzar, qué se necesita para lograrlo, qué acciones hay que realizar y en qué tiempos (poner fechas), que apoyos se necesitan, etc.
“Hay que hacer seguimiento y retroalimentación, por lo que es bueno contar con alguien porque uno solo puede darse muchas licencias”, dice Ximena Pardo.
Algo importante es ponerse metas alcanzables y para ello es mejor hacer propósitos poco a poco.
Según Fajardo, un 20 por ciento de las personas exitosas tiene mucho talento innato y manejan comportamientos activos, tiene visión de futuro clara, una agresividad positiva, buen liderazgo y buenas relaciones interpersonales.
También tienen un alto grado de inteligencia emocional, mucha intuición, son organizados, disciplinados y perseverantes.
Son personas a las que les gusta iniciar y promover proyectos, que hacen que las cosas sucedan, que están orientadas a los resultados, no temen enfrentar situaciones ni confrontar a las personas. Manejan los momentos de crisis y presión.
“Se nace con unas habilidades y talentos que pueden hacer más fácil el camino, pero como con el cuerpo, si no lo tienes, lo puedes moldear”, dice Fajardo.
Sin embargo hay que ser flexibles para ajustar ese plan y permitirse equivocaciones porque ellas sirven mucho.
Lo importante no es aferrarse a un puesto por un salario o por la estabilidad que da, y así alejarse del sueño y las aspiraciones. Por eso hay que revisar cada tanto, antes de que llegue la crisis, cómo va ese proyecto de vida y ese plan de desarrollo.
Hay metas pequeñas que ayudan a la práctica: tener una agenda diaria y cumplirla; si no lo logró, pasarlas para el otro día. Tener propósitos concretos de cómo empezar y terminar el día.
PERFIL ESFUERZO. Cuando Luis Carlos Vélez debía escoger carrera sabía que quería ser periodista, “pero mi papá me dijo que si lo iba a hacer tenía que ser especializado para poder destacarme. Ahí comencé a gerenciar mi carrera”, dice este economista que es productor y presentador en CNN en español. De ahí en adelante todo giró en prepararse. Especializarse en una buena universidad (eligió Harvard), dominar el inglés y trabajar en su carrera para no quedarse solamente con la teoría. Cumplida esta etapa, seguía vincularse a un medio de comunicación. La televisión lo sedujo y entonces estableció su objetivo: CNN. “Tenía que aprender sobre temas internacionales y economía internacional y estudié mucho”. ¿Por qué ha logrado lo que se propone? “Hay que tener mucha constancia, disciplina, ponerse horarios y metas y cumplirlas”.